Recientemente, tuve la desgracia de vivir una situación angustiosa en un hotel. Del 27 al 29 de septiembre, mi familia y yo nos alojamos en el Royalton Bávaro, con la esperanza de una escapada relajante. Desafortunadamente, se convirtió en una pesadilla debido a una serie de eventos desafortunados.
Mi madre, que ya es senior, sufrió una caída en la madrugada del 28 de septiembre. Ella se despertó en medio de la madrugada para ir al baño y tropezó con la bañera colocada incómodamente en el centro del pasillo en dirección al inodoro y la salida de la habitación. Esta elección de diseño es peligrosa, especialmente para las personas mayores. Es crucial que los hoteles ofrezcan opciones de habitaciones más seguras para los huéspedes mayores. Recuerdo que al momento del check in pregunte por acomodaciones para los mayores del grupo y el representante me respondió con un “hay ascensores en todos los edificios”.
La asistencia médica no la cubre el hotel. Nos cobraron USD $115 por una consulta con el médico de la estación médica del hotel, no acepta seguro médico dominicano. Dada la urgencia de mi madre, que lloraba del dolor y se le complicaba moverse, no tuvimos más remedio que pagar por la asistencia médica. Esta situación puso de manifiesto la falta de un protocolo de emergencia proactivo. Ya que preguntamos por opciones para salir del hotel e ir a un centro médico y no ofrecían una opción, era como, esto es lo que tenemos aquí y ya.
Al ser de Santo Domingo, no estamos familiarizados con los servicios en otras provincias y no habíamos viajado con nuestros vehículos. La confusión y la presión que sentimos esa noche, sin saber cómo llegar a un centro médico o a cuál acudir, fue abrumadora. Fue un proceso ciego y desagradable, que me hizo anhelar volver a casa más que nunca.
En la noche del 28, denuncié el incidente, pero la respuesta no fue clara. Algunos parientes buscaron apoyo en el lobby mientras yo me quedaba con mi madre. También presenté una queja a través de la aplicación del hotel. Eventualmente, mis parientes regresaron con el médico y un representante del hotel. Al principio, el médico afirmó que su visita era cortesía de hotel, pero más tarde me informó que tenía que pagar para completar la evaluación. Entiendo que ella representa los intereses de la compañía de outsourcing, no al hotel, y sus tarifas son las que son. Sin embargo, me pareció abusivo que el hotel careciera de un protocolo claro para este tipo de emergencias. Que cuando pregunté cómo podíamos sacarla del hotel en caso de que fuera necesario, su respuesta fue preguntarnos si teníamos vehículo o que llamaramos un taxi me pareció insensible. Si le hubiera preguntado a mi primo de 10 años me hubiera dado la misma solución. Tomar un taxi a un hospital desconocido en medio de la noche, sin orientación, parecía absurdo.
Mi madre con diabetes y glaucoma, era un riesgo estar aventurando de noche buscando una clínica a nivel de búsquedas random en internet, ella tenía miedo de contraer una infección en un hospital público. No es ningún secreto que los hospitales públicos de nuestro país tienen condiciones menos que ideales… Con más razón aceptamos esa consulta de la Dra., luego de la medicación mi madre aguantó el resto de la noche hasta nuestra salida a Santo Domingo.
Estoy escribiendo esta entrada en mi blog, porque realmente pase un mal momento y no era mi expectativa cuando pensaba en el viaje, entiendo que pudo haber sido menos traumático si hubiera tenido un plan de acción claro, cuando un ser querido está sufriendo no se puede pensar muy racional, solo quieres actuar. Y cuando estuve acompañando a mi madre en el centro de rayos X o en sus consultas con el ortopeda, no puedo negar que me sentí estúpida por pagar para que mi madre se cayera, dormir mal y comer mal.
Le escribí al hotel con mis recomendaciones para futuro, pero adivinen XD ni un “Hemos recibido sus sugerencias” recibi. Para seguir desahogándome, les dejo aquí las recomendaciones que encuentro oportunas.
Mejorar la gestión de las emergencias, al menos para los nacionales con seguro médico.
Proporcionar una lista de contactos de servicios accesibles, como servicios de ambulancia o clínicas, con precios más asequibles, no solo para extranjeros.
Ofrezca opciones de habitaciones más seguras para las personas mayores.
Espero que el hotel tome en serio estas sugerencias para evitar que otros huéspedes pasen por una experiencia similar. Esa bañera podría causar caídas fatales.